Ahora que estamos en plena época de frío puede no ser mala idea echar la vista atrás y recuperar alguna cosa que últimamente está olvidada, por lo menos por aquí, en Alemania por ejemplo sigue siendo algo bastante común.
A base de ver como lo mencionan en distintos libros, de escuchar referencias a él, etc... me entró la curiosidad por el vino especiado y caliente. Busqué recetas por internet y descubrí distintas variantes y al final, como suelo hacer casi siempre, acabo mezclando y haciendo mi propia receta.
Para estos días en los que el frío aprieta hacer un poco de vino caliente especiado y compartirlo con amigos entre charlas y risas puede ser una gran opción para evitar el frío que nos espera fuera.
Yo hice cantidad más o menos para una persona, para más sólo se trata de aumentar las cantidades manteniendo la relación; o si no siempre podéis mirar en San Google, ahí encontraréis varias recetas con las cantidades marcadas y con distintas formas de proceder y cosa que echarle.
La receta:
-Yo usé 40cl de vino, en mi caso un mencía del Bierzo, un vino de cuatro euros en supermercado, de calidad aceptable como vino de mesa. No uséis un vino muy malo porque si no, por muchas especias y por muy caliente que esté y todo contribuya a disimular no dejará de ser un vino malo.
-25 gramos de azúcar, las recetas suelen recomendar azúcar moreno, pero yo mezcle del moreno y del blando aunque dándole preponderancia al primero.
-Media rama de canela.
-2 clavos. En las recetas la proporción es mayor, pero a mí en clavo me parece muy poderoso y poner más creo que le daría demasiado protagonismo.
-2 granos de anís. Aquí yo fui muy comedido, no me gusta demasiado el anís, si os gusta podéis echarle cuatro o cinco.
-una pizca de nuez moscada.
-una hoja pequeña de laurel.
Se pone el azúcar y las especias en un cazo u olla y se pone a calentar a fuego medio, cuando empiece a desprender olor se añade un poco de vino y se remueve para disolver el azúcar. Cuando tengamos el azúcar disuelto añadimos el resto del vino y removemos. Lo dejamos a fuego medio bajo, sin que llegue a hervir y removiendo de vez en cuando unos 20-30 minutos.
Lo probamos, y según lo dulce que lo queramos se puede añadir un poco de azúcar o miel, yo pude una cucharada y media de este último. Se remueve se deja un poco más, y finalmente lo apartamos del fuego, lo colamos y listo para beber.
En la mayoría de las recetas indican poner cáscara de limón y a veces también cáscara de naranja. Yo no tenía y además los romanos desconocían los limones pero sí hacían vino especiado, así que de acuerdo a la tradición me pareció mejor no usar limón.